Todos habréis oído hablar de él, pero es posible que no todos sepáis como se forma el sarro. Sobre las superficies de los dientes van depositándose continuamente bacterias orales y restos de comida formando la placa dental. Si no tenemos una correcta higiene bucodental, esta placa irá endureciéndose debido a la calcificación producida por los minerales de nuestra saliva (fosfato y calcio). Si llegamos a este momento, ya se habrá formado el sarro y el cepillado no podrá eliminarlo.
¿Cómo se forma el sarro?
Una encía saludable es de color rosa. No tiene placa dental y no sangra cuando nos cepillamos los dientes. Sin embargo, si no realizamos una correcta higiene, las bacterias irán pegándose a las superficies de los dientes y aparecerá la placa que irritará la encía -empezará a enrojecerse y a sangrar-.
Si esta situación se mantiene en el tiempo, los minerales de nuestra saliva irán depositándose en esa placa y la convertirán en el sarro que todos conocemos: Una capa dura que inflama las encías y puede desembocar en enfermedad periodontal si no se elimina.
Principales causas del sarro
La principal causa es la mala higiene dental. El sarro se acumula en las zonas que resultan más difíciles de cepillar. Por tanto, una técnica inadecuada puede hacer que la placa se acumule y calcifique.
Otro factor es el PH de la saliva. El PH varía de una persona a otra y aquellas que lo tiene más elevado -menos ácido- forman más sarro.
Otros factores son el consumo de bebidas alcohólicas, café, tabaco, algunos medicamentos o colutorios.
¿Cómo se elimina el sarro?
Una vez que se ha formado, es imposible eliminarlo por uno mismo; se requiere ayuda profesional. En la mayoría de los casos bastará con una limpieza profesional realizada con un aparato de ultrasonidos y agua que desintegra el sarro mediante vibraciones.
Sin embargo, hay casos en los que el sarro se introduce bajo la encía y es necesario recurrir al raspado y alisado que se realiza con instrumentos manuales o ultrasonidos.
Las revisiones periódicas al dentista permiten establecer la periodicidad de la eliminación del sarro para evitar problemas mayores, como la perdida de hueso que rodea al diente y que da lugar a la enfermedad periodontal.